Historia de una doula
¨Cuando llegué por primera vez al taller de Doulas en Pakarii, nunca imaginé la aventura en la que me metería. La verdad es que no sabía siquiera el significado de la palabra doula, solo sabía que tenía que ver con trabajar con gestantes y que lo dictaba la doctora Angela Brocker. Yo ya tenía cierta experiencia trabajando como profesora de yoga y pilates y un poco más de experiencia como mamá.
Y la vida es así, te lleva por los caminos que te tiene que llevar, y cuando llegué a Pakarii se abrió una puerta que amplió mi mundo y la manera como lo miro.
Acompañar, servir, proteger, apoyar, observar, estar sin estar … son algunas palabras que podrían describir esta maravillosa actividad. Pero la verdad es que como siempre la semántica nunca es suficiente … ¿Cómo describir el mundo de emociones, texturas, imágenes?… ¿Cómo explicar lo que puede significar compartir un momento tan íntimo, tan privilegiado, tan único, para después volver a la propia casa? … Sólo puedo decir que observo la vida cada vez con más admiración, con más respeto, con más pasión …
He conocido gente maravillosa, he recibido abrazos amorosos, he visto de cerca la rara maquinaria de las clínicas y los hospitales, he aprendido a respetar los celos de los padres, acoger la necesidad de las mamás con una mano que entienda, acompañar las incoherencias del momento, siempre consciente que sólo soy una acompañante, que solo escucha, observa y aprende a danzar según las circunstancias … He llorado de alegría, de rabia, de miedo, de admiración …
Cuando regreso a casa después de acompañar un parto, toma un tiempo aterrizar. Mis hijos lo resienten, mi marido espera con paciencia … Es a ellos a quienes les dedico lo demás de mi …¨